Ingeniería natural, el resultado es un puente totalmente natural, vivo, sorprendentemente resistente, y perfectamente adaptado a una zona muy húmeda y de piso inestable.
La Ficus elástica, un tipo de árbol de caucho, se diferencia del común de los árboles porque cuenta con un complejo de raíces añadido, además de las raíces primarias. Estas raíces secundarias crecen a partir del tronco y se entrelazan montándolas en guías, se las puede dirigir, a la vez que se las enlaza unas con otras, hasta la otra orilla del río, donde finalmente pueden tocar la tierra, para así formar estos increíbles puentes.
Puede llevar entre diez y quince años para que las raíces lleguen a la orilla opuesta, se afirmen en la tierra, y sean lo suficientemente resistentes como para servir como puente. Los puentes más viejos tienen 500 años de antigüedad, y llegan a resistir el peso de hasta 50 personas a la vez.
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