Se Aprobó la Ley de Glaciares!!!

jueves, 30 de septiembre de 2010

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Y estas han sido las repercusiones en los medios….

 

Diario La Nación

 

Tras una extensa sesión, el Senado aprobó la ley de protección de glaciares

Fue con 35 votos a favor, 33 en contra y 1 abstención; las provincias mineras rechazan la norma

Jueves 30 de setiembre de 2010

 

En una maratónica sesión, los senadores aprobaron esta madrugada la ley de protección de glaciares con 35 votos afirmativos, 33 negativos y 1 abstención. La norma es fuertemente rechazada por las provincias mineras.

La ley tiene por objeto preservar los glaciares como reservas estratégicas de recursos hídricos para el consumo humano; para la agricultura y como proveedores de agua para la recarga de cuencas hidrográficas.

La norma sancionada refrenda el texto que había aprobado la Cámara de Diputados, aunque a pedido del kirchnerista Daniel Filmus (Capital) se eliminó el artículo 17 del texto, que prohíbe la iniciación de nuevos yacimientos en la zona protegida por una eventual ley de presupuestos mínimos hasta tanto no esté concluido el inventario de las áreas que quedarán bajo la tutela de la norma.

Este cambio les permitirá a las empresas mineras y petroleras avanzar con nuevos emprendimientos mientras ese trabajo no esté concluido.

No obstante, sigue en pie el artículo 15, que obliga a los yacimientos ya instalados a someterse a un estudio para mensurar el impacto ambiental de las obras.

Antes de votar el proyecto que se convirtió en ley el Senado rechazó la versión que había aprobado el año pasado y que contaba con el respaldo de las provincias mineras.

La diferencia entre ambas versiones radica en el artículo dos. El texto que se convirtió en ley amplía la zona protegida a los suelos congelados, además de los glaciares. El del Senado, en tanto, es más acotado, al definir las áreas periglaciares como aquellas con suelos congelados de manera permanente.

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BBC Mundo

 

Senado argentino aprueba ley de glaciares

El Senado argentino aprobó este jueves por la madrugada la ley que protege los glaciares y limita la actividad minera a su alrededor.

La iniciativa, que restringe en particular la exploración en la zona de la frontera argentina con Chile, fue aprobada por 35 votos a favor, 33 en contra y una abstención, tras más de ocho horas de discusión.

La participación de las autoridades locales en el control de los glaciares, las fuentes de agua dulce y la explotación de la minería centró buena parte de la polémica entre los diputados oficialistas y de la oposición.

Como explicó la corresponsal de BBC Mundo en Buenos Aires, la ley era fuertemente resistida por las autoridades provinciales, que dependen en gran medida de la minería como fuente de empleo e ingresos. En cambio contaba con el respaldo de los grupos ambientalistas, para quienes la minería a cielo abierto en la zona de glaciares altera el ecosistema y pone en peligro una de las principales fuentes de agua dulce.

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Infobae.com

 

La Cámara alta aprobó hoy la Ley de Glaciares

 

Después de más de ocho horas de fuertes cruces y divisiones, los legisladores convirtieron en ley las modificaciones que introdujo Diputados al proyecto original del Senado, con el objetivo de imponer más límites a la producción minera en el país y proteger las aguas dulces

Crédito Foto: Télam

Por 35 votos a favor, 33 en contra y una abstención, el Senado convirtió en ley esta madrugada las modificaciones hechas en Diputados a una iniciativa aprobada originalmente en la Cámara alta en septiembre del año pasado.
El polémico proyecto sancionado, que era dictamen de minoría, impone mayores límites a la minería al tiempo que protege los glaciares y las aguas
dulces.
La votación tuvo lugar a las 4:32, luego de que el jefe del bloque oficialista, Miguel Ángel Pichetto, expusiera sus argumentos. Sólo se abstuvo el sanjuanino Roberto Basualdo.
A la hora de votar, primero se hizo sobre el dictamen de mayoría -que avalaba la norma
original de la Cámara alta- y fue apoyado por 33 legisladores pero rechazado por 35.
Luego, se trató el de minoría -la ley del acuerdo entre el senador oficialista Daniel Filmus y el diputado de Diálogo por Buenos Aires, Miguel Bonasso-, que consiguió la adhesión de 35 integrantes del pleno, mientras que 33 se opusieron. El único que se abstuvo en las dos votaciones fue el sanjuanino Roberto Basualdo.
Hicieron uso de la palabra 39 senadores, mucho más de la mitad de
los 69 presentes a la hora de votar.
Durante algo más de ocho horas, el debate inició a las 20 de ayer miércoles y se prolongó hasta pasadas las 4:30 de hoy, el recinto fue escenario de fuertes divisiones internas entre el bloque oficialista y el arco opositor.
Ocurre que esas divisiones se debían a que los senadores podrían insistir en el proyecto original aprobado en la Cámara alta en 2009 o bien sancionar las modificaciones realizadas por Diputados.
Los que apoyaban el proyecto de la Cámara baja apuntaron al  derecho a cuidar el agua, mientras que los que avalaban la iniciativa del Senado sostuvieron el derecho de las provincias para legislar sobre los recursos naturales, aclaró el sitio Parlamentario.com

Los gobernadores de las provincias mineras se pronunciaron en diversas audiencias a favor del proyecto del Senado y, de forma más sutil, también el gobierno nacional, bajo el argumento de que la legislación sobre los recursos naturales corresponde a las provincias en las que esos recursos se encuentran.
Esta interpretación, sumada al argumento de que el proyecto de Diputados perjudicaría la actividad minera, caló en algunos senadores tanto del oficialismo como de la oposición que representan a algunas de esas provincias.
La discusión se polarizó entre los senadores oficialistas César Gioja (San Juan), quien defiende el proyecto del Senado, y Daniel Filmus (CABA), quien acordó con el Diputado Miguel Bonasso la iniciativa modificada que aprobó la Cámara de Diputados.

En ese marco, trascendió durante el debate que el jefe del bloque kirchnerista, Miguel Ángel Pichetto, votaría a favor de la ley de Diputados para evitar las acusaciones que parte de la oposición ya hizo a otros senadores acerca de estar "arreglados" con la minera Barrick Gold.
Una de las diferencias que generaban polémica es que mientras el proyecto del Senado señala que las zonas a proteger son los glaciares "descubiertos y cubiertos, y dentro del ambiente periglacial, los glaciares de escombros", el de Diputados define como zona periglacial el "área con suelos congelados que actúa como regulador del recurso hídrico".
Otro punto de discordia estriba en la participación que se da a las entidades nacionales o provinciales en la confección del inventario de glaciares.
Y es que mientras el Senado otorgó esa facultad al Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianigla) en coordinación con "otras instituciones nacionales y provinciales competentes", la letra alternativa no menciona a las provincias.

Otro conflicto se desarrollaba con respecto al artículo 17 de la sanción de Diputados, que establece no se autorizarán nuevas actividades mineras hasta que se finalice el inventario, pero en el último debate en comisión ese artículo fue eliminado del dictamen de minoría.

Cada vez menos agua en el planeta

miércoles, 22 de septiembre de 2010

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Hay preocupación por las estadísticas debido a la posibilidad de escasez de agua que amenaza al planeta.
Aumenta consumo de agua en América Latina
El incremento demográfico en América Latina es la causa del aumento del consumo de agua en la región entre 1990 y 2004, advierte un informe de la ONU.
En esa etapa se elevó la utilización del líquido en 76 por ciento, según el estudio del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
Hay preocupación por las estadísticas debido a la posibilidad de escasez de agua que amenaza al planeta.
De acuerdo con el PNUMA, se necesita una acción concertada de gobiernos y sociedad civil para combatir la degradación del medio ambiente.
En ese sentido, América Latina es un área geográfica con una gran riqueza en términos de biodiversidad, que es necesario salvaguardar.
Muy poca agua puede utilizarse para el consumo humano, ya que el 90 por ciento del líquido está en los mares, mientras el dos por ciento es hielo y se localiza en los polos.
De manera que sólo el uno por ciento de toda el agua del planeta es dulce, encontrándose en ríos, lagos y mantos subterráneos.
No pocos analistas estiman que el agua se perfila como el mayor conflicto geopolítico del siglo XXI.
Se espera que en el año 2025, la demanda de este elemento tan necesario para la vida del hombre será de un 56 por ciento superior que el suministro.
En la actualidad unos mil 100 millones de personas carecen de agua potable en el mundo, a las que habría que sumar otros dos mil 400 millones que no tienen acceso a un saneamiento adecuado del líquido.

Prensa Latina
19/07/2010

Los 10 países que menos ayudan ecologicamente!!

lunes, 20 de septiembre de 2010

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Los diez países que están arruinando el planeta
Un nuevo estudio ha clasificado a la mayoría de los países del mundo por su impacto ambiental.
La crisis ecológica global que afecta actualmente al planeta, y más que nada a la vida sobre éste, son el corolario de un consumo humano excesivo de los recursos naturales. Existe evidencia considerable y creciente de que la degradación de los hábitats y la consecuente pérdida de biodiversidad y especies, están comprometiendo los ecosistemas que sustentan la posibilidad de vida.
Un nuevo estudio realizado por el instituto de Medioambiente de la Universidad de Adelaida en Australia ha clasificado a la mayoría de los países del mundo por su impacto ambiental.
El estudio utiliza 7 indicadores para evaluar la degradación medioambiental: la pérdida de bosques naturales, la transformación de los hábitats, las capturas marinas, el uso de fertilizantes, la contaminación del agua, las emisiones de carbono y la amenaza de especies. A diferencia de otros rankings existentes, este estudio ha dejado fuera deliberadamente en su evaluación a la salud humana y los datos económicos, para concentrarse solamente en el impacto ambiental. El estudio contempla 2 rankings, uno proporcional al número de habitantes del país y la cantidad de recursos naturales disponibles en este, y otro que no considera estas variables locales, sino que evalúa desde una perspectiva global.


10. Perú: captura marina y de especies amenazadas
9. Australia: transformación de hábitats, uso de fertilizantes y pérdida de bosques naturales
8. Rusia: contaminación del agua, emisiones de CO2 y captura marina
7. India: uso de fertilizantes, contaminación del agua, especies amenazadas, captura marina y emisiones de CO2
6. México: especies amenazadas y pérdida de bosques naturales.
5. Japón: captura marina, transformación de hábitats, contaminación del agua y emisiones de CO2
4. Indonesia: pérdida de bosques naturales, especies amenazadas, emisiones de CO2, captura marina, uso de fertilizantes y contaminación del agua
3. China: contaminación del agua, captura marina, emisiones de CO2 y especies amenazadas
2. USA: uso de fertilizantes, emisiones de CO2, contaminación del agua, capturas marinas y especies amenazadas
1. Brasil: pérdida de bosques naturales, transformación de hábitats, uso de fertilizantes, especies amenazadas, emisiones de CO2 y contaminación del agua.


VeoVerde (Nicolás Sánchez)
15/07/2010

16 de Septiembre: “Día Internacional de la Protección de la Capa de Ozono”

jueves, 16 de septiembre de 2010

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"El 16 de septiembre se celebra el Día Internacional de Protección de la Capa de Ozono, instituido en 1995 por las Naciones Unidas para sensibilizar sobre este problema a la opinión pública".

"Desde 1985, en que se adoptó el Convenio de Viena para la protección de la capa de ozono, que fue seguido de varios acuerdos internacionales (protocolo de Montreal en 1987 y enmiendas de Londres, 1990; Copenhague, 1992; 1995 y Montreal, 1997), se ha logrado un recorte sustancial en la producción de los famosos CFCs (compuestos clorofluorocarbonados), principales responsables de la destrucción del ozono. Sin embargo, la destrucción de la capa de ozono sigue adelante: en efecto, las concentraciones estratosféricas de cloro y bromo, derivadas principalmente de los CFCs, HCFCs, halones y bromuro de metilo (BrMe) continúan en aumento y solo empezarán a disminuir en torno al año 2000, según previsiones; la erosión de la capa de ozono continuará, siempre según previsiones, en tanto los niveles estratosféricos de cloro y bromo superen un umbral crítico. Se calcula que el nivel de cloro estratosférico considerado seguro no se alcanzará hasta mediados del siglo que viene, si se cumplen los compromisos internacionales. Esto se debe a que la cantidad ya emitida de estos compuestos sigue y seguirá ejerciendo sus efectos durante muchos años. Pero además, los convenios internacionales no han eliminado aún la producción de los compuestos que destruyen la capa de ozono. En concreto, las sustancias conocidas como HCFCs (hidroclorofluorocarburos) y el BrMe (bromuro de metilo) podrán seguir fabricándose y usándose masivamente hasta bien entrado el siglo que viene. Los efectos de este uso son un retraso en la recuperación de la capa de ozono, con el consiguiente aumento de la radiación ultravioleta sobre la superficie terrestre, lo que implica mayor número de cánceres de piel, cataratas, debilitamiento del sistema inmunitario de los seres vivos, reducción de la productividad vegetal, etc.

Para Ecologistas en Acción, los HCFCs fueron desarrollados por la industria de los CFCs como sustitutos de los mismos cuando se hizo evidente el efecto destructor del ozono de estos últimos. Los HCFCs también destruyen la capa de ozono, aunque menos que los CFCs, y contribuyen al calentamiento terrestre, por lo que no son buenos sustitutos de los CFCs. Debido a ello, la última enmienda del protocolo de Montreal, acordada hace dos años en Montreal, prevé el fin del consumo de HCFCs de nueva producción para 2015 en los países desarrollados, y la eliminación en todo el mundo de la producción para 2040. La razón de estos plazos tan largos para la eliminación de unas sustancias probadamente nocivas no es otra que las presiones de la industria química, que quiere recuperar las inversiones ya realizadas o planeadas para fabricar HCFCs. La industria arguye la inexistencia de sustitutos válidos para ciertos usos de los HCFCs, pero esto no es cierto en la mayoría de los casos, donde existen ya o podrían desarrollarse en pocos años sustitutos adecuados.

El beneficio privado de unas pocas multinacionales ha conseguido, por el momento, prevalecer sobre la protección de la salud pública, que ya está siendo afectada por la desaparición del ozono protector de la estratosfera.

La historia del BrMe es bastante similar. El BrMe es un biocida de amplio espectro, usado principalmente en agricultura (en cultivos hortícolas, en especial fresa y tomate). Ya ha sido prohibido en algunos países, como Holanda y Dinamarca, no solo por su capacidad de destruir la capa de ozono, sino por su carácter contaminante del agua. El uso agrícola del BrMe puede sustituirse por técnicas mucho menos impactantes (solarización, control biológico de plagas, rotaciones de cultivos, abonado orgánico, etc). Para Ecologistas en Acción el agricultor debería considerar que la desaparición del ozono tiene un efecto perjudicial sobre los cultivos, y no debería sacrificar la producción futura por usar un método de control de plagas como el BrMe, efectivo a corto plazo.

Según la enmienda de Montreal (1997), el uso y producción de BrMe debe terminar en los países desarrollados en 2005 y en los países "en vías de desarrollo" en 2015 (con posibles excepciones para "usos esenciales"). La industria del BrMe ha luchado y lucha denodadamente por retrasar el final del uso de esta sustancia, presentándose como defensora de los agricultores y de los países pobres. Una iniciativa de la Comisión Europea para adelantar la prohibición del BrMe a 2001 no ha salido adelante, por presiones de países como España, fiel defensora de los intereses de los bromuradores. La agricultura española es una consumidora importante de este compuesto, ocupando el segundo lugar en la UE tras Italia (unas 4.000 toneladas en 1995, es decir, del orden de un 5% del total mundial); casi la mitad de ellas se usan en Huelva (fresón) y Murcia (pimiento).

La investigación científica ha puesto de manifiesto que cuanto mas se tarde en prohibir el uso de los HCFCs y del BrMe, mas tiempo tardará en repararse la capa de ozono, y durante mas tiempo estarán los seres vivos expuestos a un aumento de las radiaciones ultravioletas, con los consiguientes efectos negativos. Además, recientes investigaciones sugieren que el aumento de emisiones de gases de invernadero está influyendo también indirectamente en la destrucción del ozono estratosférico, agravando la pérdida de éste y retrasando su recuperación".

Latinoamérica frente a la crisis ecológica

martes, 14 de septiembre de 2010

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América latina tiene por delante un desafío enorme en materia ambiental. A pesar de los cambios políticos profundos suscitados en la región, los gobiernos progresistas no han podido desembarazarse del rol asignado en la división internacional del trabajo. Es necesario rediscutir los fundamentos del sistema capitalista para comprender los problemas ecológicos. Entender no sólo la relación contradictoria capital-trabajo sino también la contradicción capital-naturaleza: la capacidad proveedora y receptora de la naturaleza es limitada y, por lo tanto, incompatible con la acumulación ilimitada de capital.

En este artículo intentaremos exponer brevemente algunos de los desafíos que afronta América latina en materia ambiental. A tal fin, comenzaremos analizando los factores estructurales de la crisis ecológica global. Luego, expondremos lo que hemos denominado desigualdades ambientales, las formas que asumen y los conflictos que pueden albergar. En último lugar, haremos referencia al comportamiento y a las estrategias políticas que los gobiernos latinoamericanos llevan y pueden llevar a cabo.

La humanidad enfrenta una crisis ecológica de gran magnitud y con tendencia a agravarse. Sus manifestaciones pueden agruparse en dos grandes problemas, íntimamente relacionados. En primer lugar, la degradación ambiental, la cual envuelve la contaminación del aire, de los cursos de agua (superficiales y subterráneos) y del suelo. El denominado cambio climático se ha vuelto su cara más visible hoy en día. Y en segundo lugar, el progresivo agotamiento de bienes naturales, esenciales para la vida humana: agua dulce, minerales, tierra fértil, fuentes de energía. Las estadísticas de la World Wide Fund For Nature (WWF) indican que la demanda mundial sobre los recursos biológicos del planeta supera en un 30 por ciento la capacidad de regeneración de la naturaleza.

Es posible ubicar temporalmente la acelerada degradación ecológica en las últimas cuatro décadas, período que coincide con la implementación de las políticas neoliberales. Adjudicar la responsabilidad a la acción del hombre de modo abstracto, como suele hacerse en análisis ligeros o intencionados, oculta la forma histórica en la cual está inserta esa acción.

Tampoco nos conforma adjudicarla en el conjunto de ideas propias de la modernidad, es decir, la fe en el progreso indefinido de las fuerzas materiales. No nos dice nada acerca de cuál es la forma en la que el hombre se apropia de la naturaleza en un momento determinado dado el régimen de producción y reproducción material dominante.

Es necesario rediscutir los fundamentos del sistema capitalista para comprender los problemas ecológicos. Entender no sólo la relación contradictoria capital-trabajo sino también la contradicción capital-naturaleza: la capacidad proveedora y receptora de la naturaleza es limitada y, por lo tanto, incompatible con la acumulación ilimitada de capital.

 

Capital vs. naturaleza

Dada la estructura atomizada y caótica del capitalismo, la forma predominante en la cual el hombre se vincula con la naturaleza es a través de la apropiación privada y la mercantilización. El hombre se encuentra alienado respecto del mundo natural y el capital fetichiza la naturaleza.

El Estado aparece mediando entre el capital y la naturaleza, regulando su acceso y su explotación. Sin embargo, las políticas de privatización de empresas públicas, desregulación de los mercados y apertura económica del neoliberalismo desarmaron los mecanismos estatales que resguardaban en gran medida la naturaleza.

El capital aceleró, por ende, su dominio sobre el mundo natural en función de la producción de plusvalor. Es un proceso simultáneamente extensivo e intensivo. Extensivo porque el capital se va adueñando de cada porción de la naturaleza, ampliando las fronteras de extracción como continuidad de la acumulación originaria. E intensivo porque cada vez precisa una mayor cantidad de bienes naturales y un mayor sometimiento de las fuerzas naturales.

Asimismo, podemos observar que el debilitamiento de las regulaciones estatales también acelera los procesos de contaminación ya que deja librado a los capitales individuales a deshacerse de desechos sólidos, líquidos y gaseosos sin tratamiento alguno. La lógica de la maximización de ganancias señala que el cuidado del medio ambiente no entra en los gastos productivos del capital.

 

Desigualdades ambientales

Habiendo analizado las características específicas del modo de producción capitalista en lo que hace a su relación con la naturaleza, ahora veremos cuáles son sus impactos sociopolíticos. Así como estamos acostumbrados a hablar de desigualdad social o económica, consideramos pertinente introducir el concepto desigualdad ambiental para dar cuenta de las relaciones de poder que se reproducen también en el ámbito ecológico.

Existen dos formas en las que se manifiesta la desigualdad ambiental: la desigualdad en el acceso a y control de los bienes naturales y la desigualdad en el acceso a un ambiente sano. La primera forma se refiere a las asimetrías de poder existentes para disponer, aprovechar, utilizar bienes esenciales para la vida, tales como agua, tierra y energía. La segunda forma está relacionada con la protección del medio ambiente y con las asimetrías de poder en la distribución de la degradación ambiental derivada de actividades productivas.

En el caso de la actividad extractiva de la minería y de los hidrocarburos se conjugan ambas formas de desigualdad, ya que en todo el mundo son apropiadas por poderosos capitales transnacionales en detrimento del acceso de poblaciones locales, que además sufren desplazamientos territoriales, y se realiza con bajos costos económicos y altísimos costos ecológicos, dada la utilización de grandes cantidades de agua, contaminación con químicos, quema de gases, etc. También resultan peligrosas estas actividades en su transporte, sea por la rotura de mineraloductos, oleoductos y gasoductos o las pérdidas en barcos petroleros.

La persistencia o la magnitud de las desigualdades ambientales son generalmente condición de posibilidad de conflictos socioambientales: se trata de disputas por la apropiación y/o mantenimiento de los bienes naturales y por el acceso a un ambiente sano o por la protección del medio ambiente, a escala local, nacional o internacional. Al mismo tiempo atraviesan distintos tipos de desigualdad social que generan nuevos conflictos o disputas en viejas relaciones desiguales, como el clásico intercambio desigual entre los países del Norte y los países del Sur. En los primeros se ubican los grandes centros de demanda, consumo y contaminación, mientras que los países más pobres quedan relegados a meros proveedores de bienes naturales. Un dato que ilustra: el 80 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero que producen el cambio climático pertenece al 20 por ciento de la población mundial, concentrada en Estados Unidos, Europa y Japón.

Se reedita la división internacional del trabajo, donde las regiones con grandes riquezas naturales que escasean en otras partes del mundo se tornan apetecibles para la apropiación capitalista. Las riquezas de América latina la convierten nuevamente en un proveedor de materias primas, alimentos y energía para las economías industrializadas. A su vez, los países más ricos intentan trasladar el costo ambiental de las industrias más sucias. El ejemplo más cercano son las plantas de celulosa, siendo la pastera UPM (ex Botnia) la que generó más conflictos y cobró mayor notoriedad.

Dentro del ámbito nacional, también existen desigualdades ambientales que se superponen con desigualdades de otro tipo. En condiciones normales de acumulación, la apropiación capitalista restringe progresivamente el acceso a los bienes naturales y genera una distribución de los efectos de la degradación ambiental en mayor medida sobre pobres, negros, indígenas, campesinos, etcétera. En tiempos de crisis, sea económica o ecológica, la brecha de la desigualdad ambiental también se agranda porque el capital está dispuesto a salvar su propio pellejo a cualquier precio, transfiriendo los costos hacia otros sectores sociales.

 

Del extractivismo al neoextractivismo

En el contexto de las desigualdades analizadas, América latina tiene por delante un desafío enorme en materia ambiental. A pesar de los cambios políticos profundos suscitados en la región en la última década, los gobiernos progresistas no han podido desembarazarse del rol asignado en la división internacional del trabajo y en algunos casos lo han profundizado.

Países como Venezuela y Bolivia han tenido un destacable rol a nivel internacional como sucedió en Copenhague en diciembre pasado, responsabilizando al mismo sistema capitalista en relación con el cambio climático. Asimismo, cabe enfatizar la importancia de la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático impulsada por el presidente boliviano Evo Morales y que tuvo lugar en Cochabamba en abril último.

Sin embargo, son numerosas las tareas pendientes en el marco interno. Si en la etapa neoliberal predominó una política extractivista con respecto a la naturaleza, la última década es caracterizada por el investigador uruguayo Eduardo Gudynas bajo el rótulo de neoextractivismo.

El término extractivismo se refiere al predominio de actividades económicas basadas en la remoción de grandes volúmenes de bienes naturales, que no son industrializados o se lo hace limitadamente, con el objetivo prioritario de destinarlos a los mercados internacionales. En la historia de América latina no resulta una novedad ya que podríamos remontarnos a los inicios de la colonia misma. Pero sí es interesante observar cómo las políticas neoliberales de la década de los noventa profundizaron el perfil primario exportador de las economías latinoamericanas a partir de una legislación favorable a capitales transnacionales.

A pesar de una retórica crítica del neoliberalismo, en las políticas de los gobiernos progresistas persiste buena parte de los componentes de aquel extractivismo combinados con nuevas características. El neoextractivismo promueve un estilo de desarrollo basado en la explotación intensiva y extensiva de la naturaleza, que alimenta un entramado productivo escasamente diversificado y muy dependiente de la inserción internacional como proveedores de bienes naturales. Los altos precios internacionales redoblan las exportaciones petrolera, minera y de monocultivos. El componente más novedoso es que el Estado adquiere un rol más activo en esos sectores, buscando fundamentalmente la captación de una mayor renta que le permita una redistribución de ingresos a través de políticas sociales. En muchos casos, los gobiernos logran una legitimación importante hacia el conjunto de la población pero se avizora como una política con límites muy definidos. Además de los impactos negativos sobre la naturaleza, se agrandan las desigualdades ambientales en las regiones donde abundan riquezas. No casualmente sino causalmente, se multiplican los conflictos ambientales donde es común encontrar poblaciones locales, campesinas e indígenas enfrentadas a transnacionales petroleras y mineras o resistiendo el desplazamiento que imponen los monocultivos.

Difícilmente los gobiernos latinoamericanos cambien el rumbo en el corto plazo y todo hace suponer que las tensiones sociales seguirán presentes en los próximos años. Si bien Gudynas nota las diferencias entre países de acuerdo con el tipo de intervención del Estado y el desenvolvimiento de las economías extractivas, creemos necesario enfatizar aún más estas diferencias.

En algunos casos se mantiene el control privado de aquellos sectores, como claramente podemos notarlo en la Argentina. La explotación de hidrocarburos sigue en manos del capital a pesar de la brusca caída de reservas y la crisis energética que acecha la economía desde hace unos años. Los megaemprendimientos de minería a cielo abierto se multiplican por decenas pese a las consecuencias negativas para el medio ambiente y la salud de las poblaciones aledañas. La soja transgénica sigue ampliando su frontera, a costa de poner en riesgo la soberanía alimentaria nacional y a costa de la contaminación con agroquímicos.

Por otro lado, hay países que avanzan en el control estatal de las economías extractivas, como es el caso de Venezuela. A través de una profunda reforma en la legislación y la renegociación de contratos, el Estado logró alzarse con el control mayoritario de los pozos petroleros. Ciertamente los impactos ambientales de la explotación de hidrocarburos no desaparecen simplemente por un cambio en la forma que se asume el control. Pero sí nos interesa destacar el control estatal como un paso necesario para, posteriormente, avanzar hacia el control social de la actividad y sus impactos.

La transformación política y social es condición ineludible hacia la planificación democrática de la explotación de los bienes naturales y del cuidado del medio ambiente. Ello requiere también una transformación cultural que estimule una democracia cada vez más participativa. Finalmente, aun con buenas intenciones, la transición a una sociedad ecológica es una utopía si no se cuestionan y trastocan los fundamentos de la producción y reproducción capitalista.

 

Por: Ignacio Sabbatella, Becario Conicet, Instituto Gino Germani (UBA)

Breve…

viernes, 10 de septiembre de 2010

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Los invito a conocer, un documento realizado por Taller Ecologista sobre la energía nuclear… Les aseguro que vale la pena…

 

pensarlaenergia

 

El documento pretende contribuir al debate que se ha reinstalado en América Latina sobre la opción de desarrollo de la energía nuclear de la mano de la crisis energética que  atraviesan distintos países de la región. 

 

Lo pueden descargar de: http://www.tallerecologista.org.ar/sitio/documento-sec.php?sec=296

La Tierra desde el Cielo

jueves, 2 de septiembre de 2010

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Colección de fotografías aéreas producidas por Yann Arthus-Bertrand que muestran una odisea fotográfica por el cielo atravesando los seis continentes para obtener imágenes asombrosas.

 

desde el cielo autor 

desde el cielo 1

 

desde el cielo 2 Cattle, Argentina

desde el cielo 3

Mina de carbón, South Africa

desde el cielo 4

Kibbutz Sha , Israel

desde el cielo 5

Suburbios de Copenhagen, Dinamarca

desde el cielo 6

Elefantes en Botswana

desde el cielo 7Beijing, China

 

 

desde el cielo 8Machu Picchu, Peru

 

 

desde el cielo 9Gullholmen, Suecia

 

 

desde el cielo 10   Ruinas de la cuidad medieval de Shali, Egipto

 

 

By: lareserva.com

Ayudemos al Planeta!!!

Todos somos conscientes de la realidad que vive nuestro Medio Ambiente... Es hora de actuar. Por favor, hagan llegar el siguiente video a todas las personas que pueda. Entre todos podemos cambiar al Mundo y mejorarlo!!