Video para chicos

lunes, 28 de julio de 2008

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Hola de nuevo!! En esta oportunidad, les escribo a todos los chicos ecologistas del mundo y quiero compartir con todos ustedes, este dibujito ecologico. Espero que lo disfruten.
Besos!!!

Situacion Ambiental Argentina -Parte III-

viernes, 25 de julio de 2008

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SITUACIÓN AMBIENTAL DE LA ECORREGIÓN DEL CHACO SECO

Paisaje y vegetación
El Chaco Seco es, en su mayor parte, una vasta llanura sedimentaria, modelada esencialmente por la acción de los ríos que la atraviesan en sentido noroeste-sudeste, principalmente el Juramento-Salado, el Bermejo y el Pilcomayo. Sus altas cuencas se encuentran fuera de la región, en la cordillera, desde donde transportan una gran cantidad de sedimentos que forman albardones a los costados del cauce o, como ocurre con frecuencia, colmatan los cauces y dan origen a la divagación de los ríos.
La zona conocida popularmente como “el impenetrable” no presenta un bosque más cerrado o espinoso que el resto, sino que es un área donde no existen paleocauces y, por lo tanto, resultaba inaccesible o “impenetrable” para los colonos. Originalmente también se encontraban parches de pastizales de distinto tipo en las zonas más bajas e inundables o donde el bosque había sido eliminado por el fuego. El fuego es otro importante factor que actúa como modelador del paisaje a nivel regional.
Aunque en una época se lo consideró como un elemento negativo para el ambiente, hoy en día no hay dudas de que se trata de un componente natural que se manifiesta periódicamente. Su acción tiene un rol fundamental en el equilibrio dinámico que existe entre las especies leñosas y las herbáceas. Es el responsable de numerosos parches de pastizal que salpican la matriz boscosa, parches que persisten sólo si el fuego es recurrente ya que, de no ser así, el bosque se restablece. Son los llamados pastizales pirógenos, y las gramíneas más importantes en ellos son el pasto crespo (Trichloris sp.), los sorguillos (Gouinia sp.) y la cola de zorro (Setaria argentina).
Dentro del Chaco Seco se pueden distinguir tres subregiones, según sus condiciones climáticas: El Chaco Semiárido es la más extensa, pues ocupa el oeste de Chaco y Formosa, casi la totalidad de Santiago del Estero, el este de Salta y Tucumán, y parte del norte de Córdoba. Es en esta subregión donde el bosque chaqueño encuentra su mayor expresión por la continuidad y la extensión de la masa boscosa. Este bosque, xerófilo y semicaducifolio, antes de la intervención del hombre contaba con un estrato superior dominado por el quebracho colorado santiagueño (Schinopsis quebracho-colorado) y el quebracho blanco (Aspidosperma quebracho-blanco), que superaba los 20m. En el límite oriental de la ecorregión, estas especies coexisten también con el quebracho colorado chaqueño (Schinopsis balansae), en lo que se conoce como el “bosque de los tres quebrachos”, una de las comunidades más particulares y amenazadas de la ecorregión. En el centro u oeste del Chaco Seco aparece también el palo santo (Bulnesia sarmientoi).
El quebracho colorado santiagueño, que delimita tradicionalmente el Chaco Semiárido con su distribución, es, sin duda, una de las especies más emblemáticas de la región.Integran el bosque chaqueño también otros árboles más bajos como el mistol (Ziziphus mistol), de frutos comestibles, el palo cruz (Tabebuia nodosa), una gran variedad árboles y arbustos, con una importante presencia de algarrobos (Prosopis sp.) que se ven favorecidos por la extracción forestal y la ganadería, y la carandilla (Trithinax biflabellata), que tiene un importante papel en la propagación de incendios.
El Chaco Serrano forma la mayor parte del límite oeste de la región, que en este tramo limita con las Yungas y el Monte, y ocupa sectores de las provincias de Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja, San Luis y Córdoba. Está formado por elementos de las Sierras Pampeanas y las áreas más bajas de las Sierras Subandinas.
En general, el bosque serrano está dominado por el horco-quebracho (Schinopsis hanckeana), junto con el molle de beber (Lithrea molleoides), especialmente en el sur, y por gran cantidad de cactáceas leguminosas espinosas en el norte. A mayor altitud, el bosque es reemplazado por pastizales o estepas graminosas con predominio de especies de los géneros Stipa y Festuca. El mismo juega, posiblemente, un rol importante en la conectividad norte-sur entre los distintos sectores de Yungas.
El Chaco Árido ocupa el sudoeste de la región: el este de Catamarca y La Rioja, el norte de San Luis, el noroeste de Córdoba y el sudoeste de Santiago del Estero. Está prácticamente rodeado por sierras, restringe fuertemente las precipitaciones en esta subregión. Las cuencas que se forman son autóctonas y endorreicas (no desagotan agua fuera de la región), y la evapotranspiración es superior al aporte de agua. Esto origina un fuerte proceso de evaporación, que saliniza los suelos y llega a formar salinas. De hecho, las Salinas Grandes, que ocupan 8.400 km2 en Catamarca, Córdoba, La Rioja y Santiago del Estero, son las mayores del país.
La salinidad de los suelos condiciona la vegetación y, según las condiciones particulares, se encuentran distintos tipos de arbustales, muchas veces dominados por el jume (Suaeda sp. y Allenrolfea sp.), con presencia de elementos más típicos de la ecorregión del Monte, tales como las jarillas (Larrea sp.). En los suelos altos menos salinos aparece el bosque xerófilo característico de la región, incluso con el quebracho colorado santiagueño.

Fauna
El Chaco Seco contiene una gran diversidad faunística, aunque muchos de sus componentes han sufrido una fuerte reducción en sus poblaciones. Los principales factores con los que el hombre ha amenazado y amenaza a la conservación de la fauna de la región son: la reducción y la fragmentación de hábitat, especialmente en las zonas aptas para la agricultura, y la caza, principalmente de algunos mamíferos mayores.
Entre los mamíferos que habitan la región, se destaca el yaguareté (Panthera onca), aunque su situación es bastante crítica.El tatú carreta (Priodontes maximus) es exclusivo del Chaco Seco. Es muy perseguido por el hombre. Su densidad poblacional es muy baja y, por ello, es una especie raramente vista.
Están presentes tres especies de pecaríes o chanchos salvajes: el labiado (Tayassu pecari), el de collar (T. tajacu) y el quimilero (Catagonus wagneri), de mayor tamaño y el único endémico de la región. Con respecto a este último, su estado de conservación es precario por su escaso tamaño poblacional y porque es preferido por los cazadores sobre los otros pecaríes.
El guanaco (Lama guanicoe) actualmente sólo cuenta con relictos poblacionales en la periferia de la región (Salinas Grandes y Sierra de las Quijadas), pero en el pasado contaba con una distribución más amplia dentro del Chaco Seco.
El oso hormiguero (Myrmecophaga tridactyla), especie amenazada y emblema de la conservación en el país, se encuentra en el Parque Nacional Copo, uno de sus refugios.
Una gran diversidad de aves habita los bosques y los pastizales del Chaco Seco; entre las más características de la región están la martineta chaqueña (Eudromia formosa), la chuña de patas negras (Chunga burmeisteri), el carpintero negro (Dryocopus schulzi), el hornerito copetón (Furnarius cristatus), la viudita chaqueña (Kinipolegus striaticeps) y el soldadito común (Lophospingus pusillus).
Entre los reptiles, se encuentran bien representados los grupos de los iguánidos y los lagartos. Entre los ofidios se destacan la lampalagua (Constrictor constrictor) y la yarará (Bothrops sp). Habitan la región numerosos anfibios que combaten de distintas maneras la escasez de agua.
Son comunes las colonias de insectos sociales como las termitas y las hormigas (Atta sp., Acromyrmex sp.), que en algunas zonas son consideradas como las principales consumidoras de vegetación, aunque también las hay granívoras y predadoras.

Una historia de explotación y degradación ambiental
La extracción forestal y la ganadería vacuna y caprina practicadas en el Chaco Semiárido tuvieron y tienen un gran impacto en la estructura del paisaje. El sobrepastoreo en los parches de pastizales naturales ya descriptos alteró la relación entre las especies leñosas y las herbáceas. La acción del ganado provoca una pérdida de la habilidad competitiva de las herbáceas y favorece a las leñosas, que avanzan sobre los pastizales hasta convertirlos en arbustales si no hay remoción o fuego. Esto ha llevado al ganado a pastorear dentro de los bosques, lo que ha modificado fuertemente también su estructura y composición específica. El estrato herbáceo dentro del bosque ha sido prácticamente eliminado; esto ha dado lugar a una invasión de arbustos y árboles bajos que lo vuelven mucho más cerrado y espinoso.
Muchas de estas especies ven favorecida su germinación al pasar por el tracto digestivo delganado, que también actúa como dispersante.
La explotación forestal se practicó históricamente como una extracción minera y no como el aprovechamiento sustentable de un recurso renovable. Esto llevó a que las especies más buscadas vieran diezmadas sus poblaciones y que llegaran muchas veces al límite de la extinción comercial, que difiere de la extinción biológica porque en ella la especie está presente, pero no en diámetros ni en volúmenes comercializables.Una de las especies más afectadas tanto por la explotación forestal como por la ganadería es el quebrachocolorado santiagueño.

Conservación y áreas protegidas
Los ambientes que se ven más comprometidos por el avance de la agricultura son los bosques que se encuentran sobre tierras altas y reciben mayores precipitaciones. Estos son los quebrachales de tres quebrachos ubicados al este de la región, en el deslinde entre el Chaco Seco y el Chaco Húmedo, y también en los bosques de la transición del Chaco con las Yungas, en el este salteño. Ambos ambientes se encuentran ya en la actualidad fuertemente fragmentados y no están representados en el sistema de áreas protegidas.
Tampoco hay unidades de conservación en el Chaco salteño: el Parque Nacional El Rey no ocupauna superficie significativa dentro del Chaco. La reserva conocida como “Lotes 32 y 33”, sibien también se encuentra en el límite del Chaco con las Yungas, ha sido recientemente vendidapor el gobierno provincial, lo que muestra claramente la falta de interés en una efectiva políticade conservación de muchos gobiernos provinciales. Afortunadamente, la sociedad argentina semoviliza con éxito para recuperar este patrimonio natural y evitar este lamentable precedente.
Las principales unidades de conservación con un grado aceptable de implementación en el Chaco Semiárido se encuentran concentradas entre las localidades de Los Pirpintos (Parque Nacional Copo) y Laguna Yema (Reserva de Biosfera Riacho Teuquito). La Reserva Natural Laguna de Mar Chiquita, en Córdoba, tiene una importancia estratégica para la conservación de las aves acuáticas de la región y de muchas especies migratorias que la visitan en sus viajes. En el resto del Chaco Semiárido existe un gran vacío en el que importantes ecosistemas quedan sin protección.
En el Chaco Árido, en la reserva del Monte de las Barrancas, en las Salinas Grandes, el guanacoencuentra uno de sus últimos refugios dentro de la región. En el Chaco Serrano, las principalesunidades de conservación son el Parque Nacional Quebrada del Condorito y su lindante Reserva Provincial Pampa de Achala, que contienen una importante diversidad faunística, de laque se destaca la presencia del cóndor andino (Vultur gryphus), que tiene allí su límite orientalde nidificación. También persisten importantes superficies del Chaco Serrano en muy buen estado de conservación en las provincias de Tucumán, Salta y Jujuy.

El desafío actual
El Chaco Seco cuenta con un importante potencial productivo, una maravillosa biodiversidad y una gran riqueza cultural. Pero para que estas cualidades se conserven y se desarrollen, es necesario cambiar la forma en que el hombre y el Estado interactuaron con ellas. Esto podría ser,por ejemplo, mediante la implementación de un programa de ordenamiento territorial que integre estos tres aspectos y no los “unilateralice”; que sea consensuado por la población y no quele sea impuesto; que atienda las necesidades del conjunto y no las posibilidades económicas deunos pocos. Sólo en este marco será posible una explotación sustentable de los recursos naturales, compatible con la conservación de la biodiversidad y con un desarrollo cultural y socialequitativo en la región.

Conclusiones
El Gran Chaco, con más de 1.000.000 de km2, es un fenomenal repositorio de biodiversidad ensentido amplio: incluye desde la riqueza de conocimiento de etnias sobrevivientes hasta la biodiversidad variable espacialmente, a lo largo de dos gradientes: uno de pluviometría decreciente este-oeste y otro de transición termoclimática tropical, subtropical y templada norte-sur.
La ecorregión ha sufrido en su desarrollo histórico reemplazos y extinciones locales y regionalesde poblaciones, especies, comunidades, ecosistemas, culturas aborígenes y criollas, y modalidades de producción agrícola que no son totales ni definitivas. Siempre aparecen hallazgos de refugios en los cuatro países que tienen fragmentos de paisajes de la ecorregión.
Desde el punto de vista de los reemplazos ecosistémicos, la etapa de “fronterizos y meleros”inauguró y la de “puestos ganaderos” consolidó el cambio de estado sucesional más importante: la arbustificación de pastizales, que es un rediseño del paisaje que incorporó nuevos elementosy eliminó otros. Se inició la primera desaparición subregional de una comunidad, el simbolarde Pennisetum frutescens.
Las etapas de “durmiente y poste” y “taninera” presionaron los bosques de maderas duras (loque cambió las pirámides de edades de las especies demandadas), pero se han comportado comoecosistemas de alta resiliencia a la explotación selectiva y los “rehaches”.
En estos períodos, el Chaco Semiárido ha presentado la formación de peladares y la cancelaciónde incendios por falta de combustible del suelo, mientras que en el Chaco Oriental el pulsosigue usándose hasta hoy como herramienta de manejo en el campo natural.
En la “etapa petrolera” se diseñaron corredores de uso múltiple y se contribuyó a la expansiónde la cosecha ecosistémica en áreas vírgenes. La “colonia algodonera” fue un lento proceso decreación de pequeñas celdas de paisaje de 10 a 20 ha.
La “agriculturización” fue una etapa corta (1975-1995) con cambios tecnológicos, de tamaño deunidad productiva y de diseño del paisaje rural, que preanunciaron la llegada de la “sojización” yla “ganaderización” del monte donde la soja no entra.
La “pampeanización”, es decir, la imposición del modelo industrial agrícola pampeano en la ecorregión, es el último proceso y, quizás, uno de los más intensivos en cuanto a transformaciones del paisaje rural. Esta última etapa del Chaco convierte ecosistemas cuyos servicios ambientales y riqueza de bienes potenciales se conocen precariamente, inaugura interacciones entre el parche cultivado y la matriz de bosques que se ignoran y exacerba conflictos sociales de desarrollo difícilmente predecibles, pero transgresivos a lo rural, lo periurbano, lo urbano y lo metropolitano.

Situacion Ambiental Argentina - Parte II-

viernes, 18 de julio de 2008

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SITUACIÓN AMBIENTAL EN LAS ECORREGIONES PUNA Y ALTOS ANDES
Las alturas que alcanza el territorio argentino en su borde occidental ejercen un efecto fundamental sobre las características del ambiente. Desde la frontera con Bolivia en el extremo noroeste hasta el norte de la provincia de Neuquén se extienden, entremezclados, dos paisajes caracterizados por su altitud: la Puna y los Altos Andes. La diferencia fundamental entre ambos ambientes es que el primero tiene un relieve básicamente plano, mientras que el segundo se caracteriza por sus grandes pendientes.
LA PUNA

Es una planicie de alrededor de 12.500.00 ha, ubicada por encima de los 3.000 m de altura en el extremo noroeste del país; abarca parte de las provincias de Salta, Jujuy, Catamarca, La Rioja y San Juan.
Morfológicamente la Puna se extiende más allá de las fronteras políticas, hacia el sur de Bolivia y el noreste de Chile. Por el borde oriental acceden a la Puna una serie de valles y quebradas que, además de servir como canales de comunicación biológica, han sido históricamente importantes vías de comunicación.
La Puna tiene un relieve relativamente chato, surcado ocasionalmente por serranías que sirven como elementos de delimitación de cuencas cerradas, características de este ambiente. En realidad, la mayor parte de la Puna (salvo en su sector norte) constituye una gran cuenca arreica, fragmentada en un sistema de cuencas menores no relacionadas entre sí. En el fondo de estas cuencas se desarrollan grandes lagunas (Guayatayoc, Vilama), que tienen límites variables. Cuando las lagunas tienden a desecarse, dan lugar a extensos salares (Olaroz, Hombre Muerto), que resultan de la acumulación de elementos químicos lavados en los faldeos por las lluvias y arrastrados hacia el fondo de las cuencas.corregiones Puna y Altos AndesEn líneas generales, las precipitaciones, siempre escasas, descienden de noreste a sudoeste. Mientras que en La Quiaca se pueden registrar alrededor de 350 mm de precipitación anual, hacia el sudeste éstas van disminuyendo y ha habido años sin registro alguno de precipitación en los salares del norte de Catamarca. Desde una perspectiva relativa, se podría diferenciar una puna más húmeda en el noreste y una más seca en el sur.
A pesar de su ubicación subtropical, el control que ejerce la altura hace que las temperaturas sean relativamente bajas, con un promedio de 10ºC. Las mínimas pueden llegar en el invierno a los -15ºC. Pero la gran sequedad del ambiente hace que la amplitud térmica diaria sea muy alta.
La baja temperatura y las escasas precipitaciones han dado como resultado una vegetación esteparia, formada fundamentalmente por arbustos bajos como la tola (Paraestrephia sp.), la añagua (Adesmia horridiscula) y la yareta (Azorella yareta). Los arbustos, por lo general, no cubren totalmente el suelo. Las gramíneas aparecen solamente en forma ocasional en las llamadas “vegas”, que son depresiones locales donde se acumula el agua de vertiente y dan lugar a un microambiente diferenciado; también aparecen asociaciones de esporal (Pennisetum chilensis) en algunas laderas resguardadas. Los árboles de mayor porte son muy escasos, como la queñoa (Polylepis tomentella), que aparece formando bosquecillos en algunos lugares reparados, y el churqui (Prosopis ferox), que sólo aparece en los bordes orientales más bajos.
La fauna está formada por animales con gran adaptación al medio, gracias a su desarrollo de pelambres muy aislantes, su gran capacidad de desplazamiento, sus pocas necesidades de bebida y sus pocas limitaciones alimenticias. De todas maneras, la riqueza faunística es limitada; se pueden mencionar las vicuñas (Lama vicugna), los guanacos (Lama guanicoe), el suri andino (Pterocnemia pennatta garleppi), la chinchilla (Chinchilla chinchilla), el gato andino (Felis jacobita), aves como el flamenco (Phoenicopterus andinus y otras dos especies) y patos de varias especies. Sin embargo, y a pesar de la baja biodiversidad, en algunos lugares hay gran concentración de ejemplares, como sucede en los ambientes más húmedos.

El poblamiento
A pesar de que las condiciones naturales presentan fuertes limitaciones, la Puna ha sido objeto de un antiguo poblamiento de culturas de cazadores-recolectores primero y, luego, de culturas ganaderas.
En algunos lugares más húmedos se han registrado, incluso, andenes de riego, que muestran una actividad agrícola incipiente, tal vez fruto de condiciones climáticas menos rigurosas. La actividad ganadera se basaba en el aprovechamiento de la llama.Más modernamente la Puna fue considerada como un espacio marginal, donde se desarrollaron algunas actividades mineras puntuales.La instalación humana continuó siendo básicamente dispersa, y solamente con la llegada del ferrocarril y el trazado de las fronteras aparecieron algunos centros urbanos de tamaño mediano, como Abra Pampa y La Quiaca, cuya existencia y desarrollo no están ligados al medio local, sino a su posición estratégica como nudo de transportes.
En 2001, toda la población de la Puna apenas sobrepasaba las 46.000 personas.

Los impactos sobre el ambiente natural
Si bien la Puna no ha sufrido el impacto de grandes concentraciones de población o la implantación de sistemas productivos intensivos, la fragilidad de su ambiente ha hecho que la poca actividad desarrollada haya sido suficiente como para producir procesos de degradación importantes, aunque es todavía difícil decir de cuánta importancia. Un efecto importante lo tuvo la introducción del ganado ovino. En toda la Puna pastan alrededor de 520.000 animales. Pero las características de las pasturas, naturalmente más ricas en los sectores más húmedos del norte, hacen que el rebaño se concentre en esta última zona.
La combinación de la ganadería de ovinos con llamas podría ser potencialmente muy impactante sobre la vegetación natural, de baja capacidad de producción de biomasa y lenta recuperación.
Sin embargo, es posible que procesos muy fuertes de degradación sean de alguna manera atenuados por la gran movilidad del manejo del ganado, que incluye la trashumancia estacional entre áreas con pasturas de diferente capacidad y también la movilidad diaria.
Otro proceso que ha generado el empobrecimiento de la vegetación es la recolección de leña por parte de los pobladores locales. Ésta es una actividad muy difícil de neutralizar, sobre todo si se tiene en cuenta que el nivel económico de los pobladores no les permite acceder a otro tipo de insumos energéticos.
Donde el impacto ha sido más fuerte fue sobre la fauna, cazada desde el siglo XIX para abastecer el mercado de pieles y fibras finas. Los animales más perseguidos fueron la chinchilla, el suri y la vicuña. La primera fue llevada casi al extremo de su extinción, hasta el punto de que el abastecimiento del mercado se desplazó hacia las chinchillas provenientes de criaderos, no sin antes lograr que sus poblaciones prácticamente desaparecieran.
El suri andino también fue muy perseguido para la obtención de plumas y hoy es una especie muy difícil de ver, aunque en tiempos coloniales parece haber sido abundante.
La vicuña, apreciada por la inmejorable calidad de su fibra, pareció correr un destino similar, hasta que las autoridades nacionales establecieron una reglamentación muy estricta respecto de su caza y comercialización, lo que produjo una notable recuperación de la especie, que hoy en día ha vuelto a poblar la Puna aun en lugares cercanos a los centros urbanos.
Además de estos impactos territorialmente amplios, también el tendido de obras de infraestructura ha generado impactos negativos en el ambiente, pero de carácter más localizado. Hay que tener en cuenta que en la Puna la construcción de caminos, vías férreas y ductos genera una modificación que tarda mucho tiempo en recuperarse, como en el caso de los gasoductos a Chile construidos a fines de los 90 y la Ruta Nacional 52, que llega hasta el Paso de Jama.

LOS ALTOS ANDES

Son, en general, todos los espacios montañosos por encima de los 3.500 m de altura, aunque hacia el sur este límite desciende hasta los 2.500 m y aun menos. Dado que el límite es altitudinal, este ambiente conforma espacios alargados y a veces aislados entre sí, y forma una especie de archipiélago. Hacia abajo, los Altos Andes se confunden con la Puna y, en otros lugares, con la Prepuna, los pastizales yungueños y el Monte, en una franja ecotonal de diferente ancho. El relieve es montañoso, quebrado, con valles profundos y usualmente marcados por la actividad glacial, con abundantes morrenas.
La altura es el factor ambiental más importante, pues controla las temperaturas y las precipitaciones.
Las primeras nunca son elevadas. Del mismo modo, las escasas precipitaciones son en forma de nieve durante buena parte del año. Los Altos Andes son un receptáculo importante de agua en forma sólida, dado que allí se extiende un buen número de glaciares y campos de nieves eternas, aunque éstos están en permanente retroceso por los efectos del proceso del calentamiento global. Estas condiciones básicas de baja temperatura y precipitación no permiten la formación de una cobertura vegetal densa ni la formación de suelos completos. Estos últimos suelen ser esqueléticos, salvo en las ocasionales hondonadas donde se acumula el agua de deshielo, lo que da lugar a una vegetación pobre de gramíneas. La vegetación básicamente esta formada por arbustos bajos, leñosos y en forma de colchón, muy adaptados a las condiciones locales con una copa densa, hojas pequeñas y un gran desarrollo radicular, como el cuerno de una cabra. Las gramíneas más comunes son el iro (Festuca ortophylia), el coirón (Stipa chrysophylla) y más al sur del huecú (Poa holciformis).La fauna es pobre y con baja densidad, dados los pocos recursos naturales. Sobresalen el cóndor (Vultur gryphus), el guanaco, la chinchilla, el zorro (Dusicyon culpareus sp.) y el puma (Felis concolor).
Dado su aislamiento y la rigurosidad de clima, es un ambiente relativamente poco alterado. La instalación humana sólo ha sido continua en el último siglo, circunstancia relacionada con las obras de infraestructura y el mantenimiento de espacios dedicados al ocio. También fue un campo de cacería, sobre todo de guanaco.
LA CONSERVACION EN LA PUNA Y LOS ALTOS ANDES

Si se suman las superficies de los dos ambientes, se contabilizarían alrededor de 24.000.000 de ha, por lo que se podría decir que, dado el nivel de conservación existente en el país, el 20% que teóricamente cubren las áreas protegidas (AP) en estos ambientes representa un nivel adecuado de protección. Sin embargo, la realidad es otra: sólo se puede decir que un cuarto de las casi 5.000.000 de ha que se encuentran como “protegidas” en realidad lo están. La mayor parte de las extensas reservas y parques provinciales no cuentan con la infraestructura adecuada, no tienen un plan de manejo realista y, a veces, ni siquiera tienen guardaparques.
Los problemas que se pueden avizorar para la conservación en la Puna y los Altos Andes son varios. Los primeros ya se han nombrado, y son la caza furtiva y la extracción de leña, ambos fácilmente controlables o neutralizables por medio de políticas de promoción social y el fomento del desarrollo económico local. Menos predecibles, y más impactantes, pueden ser los desarrollos mineros. Este tipo de explotaciones puede generar múltiples impactos: el uso masivo y la contaminación de los cursos de agua, la acumulación de residuos mineros, la modificación del relieve, el fuerte impacto sobre la flora y la fauna por la construcción de vías de comunicación y un importante tránsito vehicular.
Un problema no menor es el gran crecimiento que está teniendo la actividad turística, tanto en la forma del tránsito de grandes contingentes de visitantes como por la construcción de pistas de esquí en algunos sitios.

Situacion Ambiental Argentina en el 2005 (FVSA)

jueves, 17 de julio de 2008

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Hola a todos!! Quiero comenzar a compartir con ustedes, lo que yo creo, personalmente, que es una obra excelente para que todos los seres humanos podamos entender las cosnecuencias de nuestros actos sobre el Planeta Tierra.
La fundacion Vida Silvestre Argentina, en su esfuerzo por ayudar a la mejora continua del Medio Ambiente, ha escribir el libro: "Situacion Ambiental Argentina 2005". Para ello, han reunido a una gran cantidad de expertos y especialistas, representantes de instituciones academicas, organismos publicos, organizaciones sociales y empresas privadas, y con el agregado de la "Encuenta Ambiental Argentina 2005", llegaron a lo que hoy es esta excelente obra, que toda la poblacion mundial deberia conocer.
Por esta razon, es que hemos querido hacerles llegar un pequeño resumen de dicho libro, por este medio, para que todos conozcamos, valoremos y ayudemos a cambiar, a tiempo, la realidad medioambiental mundial.
Ustedes pueden ver de forma completa, este libro, en la pagina web de la Fundacion (http://www.vidasilvestre.org.ar/).

Aqui les dejo la primera parte....

La conservación de la naturaleza y de sus recursos para las presentes y futuras generaciones debe basarse, en primera instancia, en el conocimiento de los procesos ecológicos que la rigen, así como también en la evolución de su relación con otros factores, entre los que se incluyen los sociales, económicos y culturales.
Nuestra sociedad evidencia una mayor participación en materia ambiental. Esta activa participación implica una mayor toma de conciencia sobre la importancia de lo que está en juego cuando hablamos de conservar nuestros recursos naturales. Es clave que el aumento de nuestra conciencia ambiental esté acompañado por un creciente respeto por los derechos de los demás ciudadanos, así como también por una serie de cambios de actitudes cada vez más concretos.

La Situación Ambiental Argentina 2005
La Situación Ambiental Argentina 2005 analiza las cuestiones ambientales desde diferentes perspectivas. La primera es un enfoque ecorregional -el más adecuado para entender la complejidad de las funciones ecológicas y los servicios ambientales involucrados-. En segundo lugar se abordan problemas ambientales de alcance global así como los aspectos políticos, sociales y económicos que afectan transversalmente al ambiente. Por último, también se refleja la percepción de la sociedad a través de la ¨Encuesta Ambiental Argentina¨. Este estudio destaca que un 15% de los argentinos tiene una visión positiva sobre la situación ambiental en el país, mientras que el 30% tiene una visión negativa. Por otro lado, mientras que el 21% de la población argentina considera que la situación del ambiente mejoró en los últimos cinco años, el 45% considera que empeoró.
Según los indicadores de desarrollo sostenible elaborados por el Estado Nacional (SAyDS, 2005), las grandes tendencias ambientales del país siguen siendo preocupantes. En materia de bosques, estamos decididamente peor: la disminución de bosques nativos es sostenida. La erosión de los suelos sigue avanzando, tanto en términos hídricos como eólicos. La merluza, una especie clave de nuestro mar, sigue en estado de sobre-explotación. Las emisiones argentinas de gases que influyen en el cambio climático siguen siendo muy pequeñas en relación a las de otros países, pero la quema de bosques no nos ayuda a mejorar la ecuación. El problema de los residuos sólidos urbanos e industriales aumenta. El acceso al agua potable mejoró: en diez años, pasamos de 21 millones de habitantes con agua potable a más de 28 millones (de 66% al 78% de cobertura a nivel nacional).
La mejora en la disponibilidad de desagües cloacales es insuficiente: pasó de cubrir el 34% de la población nacional en 1991 al 42% en el 2001. Nuestras áreas protegidas cubren el 6% del país, y debemos llegar al 15%.
La deforestación en Argentina alcanza una tasa de aproximadamente 250.000 ha anuales, principalmente en el Chaco Seco (70% del total), Chaco Húmedo, Selva Paranaense y Yungas. Algunos sistemas forestales como la “Selva Pedemontana” de las Yungas o los “bosques de tres quebrachos” del Chaco seco, están en una situación verdaderamente comprometida. La deforestación es el mayor problema ambiental para el 7% de los argentinos, aunque ese porcentaje se eleva al 35% en la provincia de Tierra del Fuego, y es de 23 a 26% en las provincias de Chaco, Santiago del Estero, Misiones y Salta. El proceso de conversión de ecosistemas naturales en tierras de cultivo es estimulado por una multitud de variables socioeconómicas, políticas, tecnológicas y hasta climáticas. Ante esta situación, le corresponde al estado planificar el desarrollo de estos procesos de manera de asegurar la provisión de bienes y servicios ambientales a las generaciones actuales y futuras.
Otra actividad que reclama cada vez más territorio es la expansión urbana. En la Pampa ondulada las urbanizaciones ocupan casi el 18% de los suelos más fértiles del país, lo que a su vez presiona sobre la expansión agropecuaria en otras áreas.
El 38,5% de los argentinos consideró que la contaminación es el principal problema ambiental del país. Si bien en general se trata de problemas de origen urbano-industrial, también existen casos puntuales vinculados con emprendimientos mineros en ecorregiones como la Estepa patagónica, Puna, Altos Andes y las Yungas, con un severo impacto sobre las fuentes de agua potable. Por otro lado, el conflicto suscitado con la República Oriental del Uruguay por las papeleras pone en evidencia la dimensión transnacional de estos impactos y, en consecuencia, la necesidad de coordinar nuevos y mejores mecanismos de planificación conjunta entre naciones vecinas, con el fin de prevenir tales problemas.
La degradación del suelo y de la vegetación es un proceso extendido. En la Selva Paranaense (Misiones) sólo quedan unas 40.000 ha de bosques realmente prístinos, mientras que más del 89% presenta niveles medianos a elevados de degradación y fragmentación. En el Chaco seco, el Monte, la Estepa patagónica y la Puna, el sobrepastoreo es generalizado y muy intenso, y está generalmente asociado a incendios intencionales. En la ecorregión del Monte casi 10 millones de hectáreas fueron afectadas por incendios en la última década, y en el Chaco húmedo se queman entre 2 y 4 millones de hectáreas cada año. Estos procesos de degradación avanzan inexorablemente hacia la desertificación a escala ecorregional, como ocurre actualmente en la Estepa patagónica. Para enfrentar estos problemas se requiere desarrollar e incentivar la adopción de modelos productivos sustentables y adaptados a las realidades culturales y tecnológicas de estas regiones.
La adopción de una política pesquera oportunista, dio lugar a reiterados ciclos “auge-ruina”, con severas secuelas económicas y sociales. Un panorama similar se observa en los grandes ríos de la cuenca del Plata, donde especies como el sábalo son extraídos a una tasa anual de entre 60 y 80 mil toneladas sin planes de manejo. La gestión sustentable de los recursos pesqueros requiere de una planificación a largo plazo basada en los ecosistemas, con una sólida base científica.
La Argentina se ha transformado en un destino privilegiado para el turismo convencional y de aventura, particularmente vinculado con los espacios silvestres. La primera razón por la que nos visita el turismo extranjero son nuestros parques nacionales. En los parques Nacionales de la Patagonia se recibieron más de 5 millones de visitantes en los últimos 8 años, mientras que en la Antártida, la cantidad de visitantes aumentó más del 2500% en los últimos 20 años. La adopción de criterios de responsabilidad en la operación turística es esencial para la sustentabilidad tanto de los ecosistemas como del negocio turístico.
Debido al calentamiento global y al cambio climático en la Argentina han aumentado, según los expertos, la frecuencia e intensidad de eventos climáticos extremos como inundaciones, sequías, tormentas intensas y tornados. Por otro lado, el retroceso de los glaciares de la cordillera de los Andes implica la disminución del caudal de los ríos que alimentan a las ciudades y valles de riego en regiones como Cuyo. Se debe mencionar que el cambio climático fue considerado entre los principales problema en provincias como Santa Cruz (26%) Tierra del Fuego (22%), San Juan (21%), Catamarca (19%) y Mendoza (17%).
En cuanto a la conservación de la biodiversidad, la Argentina cuenta con unas 360 áreas protegidas de diferentes categorías que cubren aproximadamente el 6,8% del territorio nacional. El objetivo estatal de proteger al menos el 15% del país debe ser implementado con urgencia. Hay ecorregiones con valores muy inferiores al promedio nacional de 6,8%, como los Campos y Malezales, el Espinal, la Pampa y el Chaco húmedo. Por otro lado, el 44% de las reservas declaradas no posee control de terreno alguno y sólo el 19% del 6.8% general tiene un nivel de protección mínimo aceptable. El establecimiento efectivo de corredores ecológicos que incluyan nuevas áreas protegidas federales y provinciales, la mejora de las áreas protegidas actuales poco o no controladas, y zonas de amortiguación con áreas protegidas en tierras privadas, son parte de una estrategia que debe insertarse en el marco de un ordenamiento territorial a escala ecorregional. El uso sustentable de la biodiversidad es una alternativa que puede generar valor agregado en algunas áreas protegidas estatales y en las privadas, generando incentivos para su conservación y oportunidades de desarrollo para las poblaciones locales.
La inserción de la Argentina en el comercio global ha determinado un salto cuali-cuantitativo de la producción agropecuaria, con algunos efectos ambientales ya mencionados. La incorporación de nuevas tecnologías, entre otras cosas, ha generado la adopción generalizada de la siembra directa y la rotación y, junto con ellas, una visión sobre la sustentabilidad agropecuaria orientada principalmente a la conservación del suelo.
Una tendencia del comercio internacional es que los consumidores en todo el mundo demandan cada vez más información sobre el origen, la calidad y el impacto ambiental de los productos que consumen. Esto ha promovido la adopción de sistemas voluntarios de certificación con normas de calidad y control acordadas por distintos sectores. Los bosques argentinos manejados con la certificación FSC, por ej., hoy superan las 130.000 ha, con 8 empresas certificadas.
Invertir en educación y ciencia es clave para alcanzar el desarrollo nacional. Esta necesidad es confirmada en nuestra encuesta nacional, en la que un 42% de los argentinos considera que la educación es la principal herramienta para mejorar la calidad ambiental.
El 74% de los argentinos, que opinó en nuestra encuesta que el estado debe asegurar el control ambiental. Los gobiernos provinciales (47%) y nacional (27%) son los que deben asumir la mayor responsabilidad para enfrentar los problemas ambientales, según los encuestados. Por otro lado, el 56% de la población cree que cada ciudadano, individualmente, puede realizar su aporte para una mejora ambiental.

Modificaciones y crecimiento

miércoles, 16 de julio de 2008

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Buenas tardes a todos!! Disculpen la tardanza en volver a escribirles.. Lamentablemente, me encontraba con mucho trabajo... Pero ya estamos comunicados nuevamente... Y quiero aprovechar la oportunidad, para contarles que habra grandes mejoras en nuestro blog y para eso, quiero invirtarlos a todos, a que se anoten gratuitamente y formen parte de este nuevo grupo ecologico que deseo formar, para que cada uno pueda poner su granito de arena y ayudar a mejorar nuestra calidad de vida y la calidad de nuestro Planeta.
Por favor, no dejen de participar, se necesita de la ayuda de todos!! Tambien quiero invitarlos a que participen mas activamente del blog, pueden aportar sus ideas, sus notas, todo lo que quieran!! Tenemos que formar una comunidad ecologica!!
Pueden mandarme su notas, comentarios o info que quieran publicar y compartir a eco.web@hotmail.com

Los espero a todos!! Gracias!!!

Ayudemos al Planeta!!!

Todos somos conscientes de la realidad que vive nuestro Medio Ambiente... Es hora de actuar. Por favor, hagan llegar el siguiente video a todas las personas que pueda. Entre todos podemos cambiar al Mundo y mejorarlo!!